Buenos días estimadas profesoras, asistentes de la educación, alumnas, apoderadas, hoy 08 de marzo 2020 quisiera saludarlas en el día internacional de la mujer con la siguiente reflexión.

¿Por qué vemos hoy en día a una mujer más empoderada? Esto lo podemos observar en nuestra propia realidad-colegio, donde nos percatamos, que existe una mayor cantidad de mujeres que hombres.

La respuesta a esta pregunta la podemos encontrar en diversas explicaciones, tanto de carácter histórico como cultural, es decir, observamos que paso a paso, a baja y alta velocidad, pero con
a plomo, fuerza y constancia, desde tiempos inmemoriales, la mujer ha dado y da vida y sentido a la misma; ha inspirado e inspira la letra de infinidades de poemas, pinturas, esculturas, canciones, y otras expresiones de arte

Sin embargo, más allá de esas buenas intenciones, se ha paralelamente levantado una paradoja que es importante identificar: a veces esa misma mirada y su tratamiento, le han otorgado un carácter romántico y de ser exclusivamente objeto de belleza, no dándole un realce en función
de una igualdad real, que hoy imperiosamente se reclama.

Entonces, creo que es necesario ampliar esa mirada para así ir estableciendo y conquistando su propio espacio en la historia al reclamar ser una ciudadana tan válida como el hombre: ser un sujeto con igualdad de derechos en función de una sociedad más justa, que dicho sea de paso, va de la mano con nuestros valores institucionales como colegio y que se vincula con nuestro propio proyecto educativo basado en el humanismo cristiano, donde no debemos establecer diferencia de género, en base a una educación no sexista, y en eso, los profesores y profesoras tenemos mucho que decir.

Hoy creo que es significativo, precisamente en esta conmemoración del día de la mujer, recalcar la importancia de las demandas que, si bien es cierto han avanzado comparativamente a otras épocas, aún quedan muchos aspectos por conquistar.

¿Hoy en día encontramos igualdad total o aún falta por avanzar en esa plena igualdad? Creo que aún queda mucho por construir en términos de los derechos sociales y de oportunidad, pero progresivamente vamos, con esperanza, marchando hacia una verdadera inclusión en todos los apartados que han sido históricamente patrimonio exclusivo del hombre.

Sabiendo todo esto, permítanme darme una licencia y rendir un homenaje a cada mujer consciente, luchadora, madre, que muchas veces logra salir a adelante venciendo situaciones adversas que se le han ido presentando en la vida producto de una cultura machista.

Para finalizar, y como reflexión última, quiero invitar e invitarme, y a todos los hombres de nuestro colegio que hemos sido construidos generacionalmente bajo los códigos del machismo, a poder identificarlos, para así, honestamente, ir caminando hacia una tan necesaria igualdad en todos los ámbitos de la vida social. Me despido con una frase de Rosa de Luxemburgo, que dice así: “por un mundo dónde seamos socialmente iguales, humanamente diferentes y totalmente libres”.

FELIZ DÍA

“Me estremeció la mujer que empinaba a sus hijos
Hacia la estrella de aquella otra madre mayor
Y como los recogía del polvo teñidos
Para enterrarlos debajo de su corazón
Me estremeció la mujer del poeta, el caudillo
Siempre a la sombra y llenando un espacio vital
Me estremeció la mujer que incendiaba los trillos
De la melena invencible de aquel alemán
Me estremeció la muchacha
Hija de aquel feroz continente
Que se marchó de su casa
Para otra de toda la gente
Me han estremecido un montón de mujeres
Mujeres de fuego, mujeres de nieve
Y me han estremecido un montón de mujeres
Mujeres de fuego, mujeres de nieve
Pero lo que me ha estremecido
Hasta perder casi el sentido
Lo que a mí más me ha estremecido
Son tus ojitos, mi hija, son tus ojitos divinos”

(SILVIO RODRÍGUEZ , MUJERES )